Suponga que usted tiene problemas en la vista y decide visitar un oculista. Después de escuchar brevemente su queja, el oculista se saca las gafas y se las entrega.

• Póngase éstas – le dice -. Yo he usado este par de gafas durante diez años y realmente
• Me han sido muy útiles. Tengo otro par en casa. Quédese usted con éste.

El lector se las pone, con lo cual su problema se agrava.

• ¡Esto es terrible! – exclama usted -. ¡No veo nada!
• ¿Por qué no le sirven? A mí me han dado un resultado excelente. Ponga algo más de empeño.
• Lo pongo. Pero lo veo todo borroso.
• Bueno, ¿qué pasa con usted? Piense positivamente.
• Positivamente no veo nada.
• ¡Vaya ingratitud! Le increpa el oculista-. Después de todo, ¡lo único que pretendía era ayudarle!

¿Qué probabilidad existe de que usted vuelva a ver a ese oculista la próxima vez que necesite ayuda?

Del libro “Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva” Steve Covey

«… El coaching no directivo es una disciplina especializada en potenciar y catalizar el conocimiento personal, ese conocimiento que sólo uno puede generar.»

Lo llamamos conocimiento personal precisamente por eso, porque es personal, individual. Aunque todos somos parecidos, en realidad cada persona es distinta y cuando entramos en el detalle aparecen las diferencias.

Al igual que dos llaves pueden parecer iguales, incluso una puede ser una copia casi idéntica de la otra, pero tener una pequeña diferencia. Esa pequeña diferencia hace que una llave pueda abrir la puerta y la otra no.

Así de trascendente puede llegar a ser esa “pequeña diferencia”

Cuando nosotros damos un consejo, lo solemos hacer con la mejor intención y suponemos que algo que a nosotros nos ha ido bien le va a ir bien a la otra persona …

Pero nos puede pasar como en la anécdota anterior del “oculista”.

El principio de la Mayéutica (ayudar a parir conocimiento) que ya el gran Sócrates desarrolló en el pasado es un pilar fundamental en el coaching No Directivo. Ayudar a que la persona encuentre su propia solución, sin manipularla, sin dirigirla, sin juzgarla, es un proceso difícil y que requiere de una fuerte especialización profesional.

Cuando en coaching No Directivo nos abstenemos de dar consejos lo hacemos porque sabemos que esos consejos (incluso en el caso de que sean apropiados) inhiben la capacidad creativa del cliente, y nosotros buscamos potenciar dicha capacidad en la persona a la que acompañamos en el proceso.